domingo, 20 de octubre de 2013

“¡Gracias a Dios y a EXTRA ya tengo mi tanque!”



Al fin llegó la atención médica y el tanque de oxígeno para Aurelia Garzón, la mujer que sufre de fibrosis pulmonar y que no puede respirar. 

Una brigada médica del hospital neumológico Alfredo J. Valenzuela la visitó en su vivienda y la trasladó hasta la casa de salud, donde le realizaron varios exámenes y le dieron su tanque de oxígeno. Hubo lágrimas durante el acto de solidaridad emprendido por Diario EXTRA. 

“Yo me siento feliz, le agradezco a Dios, a EXTRA por haberme traído a este hospital. Por siete años pedí un tanque de oxígeno, pero nadie me lo dio”, dijo llorando. 


 Luego de que este Diario publicara el drama de Aurelia, la Dirección Provincial de Salud acogió el caso que fue derivado al hospital neumológico. 


La mañana de ayer, una brigada de salud llegó al domicilio de Aurelia, en la 25 y la N, en el suburbio guayaquileño. El equipo llevó una ambulancia, mientras que la enferma, sentada al filo de su cama, recibió la visita.  Aurelia estaba sudorosa y agitada. Ella se emocionó tanto al ver a los médicos que, al pararse, la manguera por donde recibe el oxígeno se le cayó de su nariz. 


Los médicos se percataron de la deplorable situación de la paciente y por eso decidieron trasladarla de inmediato hasta el hospital para hacerle un chequeo completo. 


Aurelia no solo tiene problemas de salud, sino también conflictos emocionales, ya que al percatarse de que no le habían llevado el tanque que solicitó, se exaltó y puso a correr a los especialistas, quienes en ese momento le consiguieron uno eventual para calmarla. “Yo les pido de rodillas que me ayuden, solo quiero un tanque de oxígeno”, dijo llorando. 


Los médicos le explicaron que antes de entregarle el tanque de oxígeno debían realizarle una serie de exámenes.


A LA CASA DE SALUD

En el hospital neumológico, Aurelia se recostó en una camilla.   Leonardo Chilán, director de la casa de salud, y un equipo de especialistas atendieron a la paciente, quien no podía controlar sus nervios y tenía miedo a los exámenes.   “Gracias Dios por haberme mandado a estos ángeles, nunca los esperé”, decía mientras los médicos con estrategia le extraían una muestra de sangre. 


“Por favor, que me hagan todos los exámenes en media hora, porque me atacan los nervios”,  suplicó. 


Cuando el doctor Leonardo Chilán, director del hospital, le entregó el tanque de oxígeno, Aurelia se echó a llorar. Con esfuerzo se paró de la camilla y gritó “¡gracias papito Dios!”. 


“Nuestra intención no solo es darle el tanque de oxígeno, sino la atención integral. Tenemos que valorarla a través de una serie de exámenes para saber qué tan avanzada está la  enfermedad. Hay que darle lo necesario para que se sienta bien”, señaló el Director. 


Chilán manifestó que la paciente será controlada cada quince días. “Tenemos cardiólogos, nutricionistas, médicos neumólogos y terapistas respiratorios, quienes le harán una valoración completa y extensa”, acotó el médico.  


El caso será derivado a la misión Manuela Espejo para que en un futuro la paciente reciba el bono de 240 dólares. “Ya no saldré a pedir dinero en la calle”, comentó contenta esta mujer que volvió a confiar en la bondad del ser humano. 

“Fibrosis pulmonar avanzada”


“Tiene una insuficiencia respiratoria aguda, necesita hospitalización para ser valorada”, señaló el doctor Camilo Coronel, médico tratante de consulta externa del hospital neumológico Alfredo J.Valenzuela, quien auscultó a la paciente en su casa. 



Agregó que la enferma tiene fibrosis pulmonar avanzada (estado terminal), por la pérdida total del pulmón izquierdo y parte del derecho. “Esto le produce insuficiencia respiratoria aguda.   Requiere urgente un electrocardiograma y hemograma”, manifestó el médico. 


Indicó que la fibrosis pulmonar, por lo general, se deriva de la tuberculosis, dolencia crónica que produce lesión del pulmón y le cambia el tejido sano, el cual “se hace calludo,” explicó y agregó que la necesidad de oxígeno es urgente.

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